Rene

La zorra del domingo.
Cruzando el pasillo, en el recibidor.
Se sirve de una de las diez bebidas,
Y protesta: esta gente no sabe comer cortesmente.
En newport esta lleno de gente honesta respondio ella.
La mirada de zorra le atraveso su corazon de sometida.
Le encantaria tenerla de adorno en la pared.
De hecho, dos hermanas de aquella negra,
Colgaban de la pared del baño.
Una ahuecada, y con los ojos abiertos, para los cepillos de dientes.
La otra, guardaba proteina de perlas,
Provenientes de las bahamas,
Con las que zorra untaba su vagina,
Como tratando de que la propia fuente de la juventud,
Se volviese inmortal.